Explorando el Tai Chi con Botas: Una Experiencia Personal de Movimiento y Meditación

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Recogemos hoy la experiencia personal de Elena Wu en la práctica de Tai Chí.

A menudo se habla de la importancia del calzado adecuado para la práctica del Tai Chi, recomendando zapatillas ligeras y de suela fina que permitan sentir el suelo y moverse con fluidez. Sin embargo, mi experiencia ha sido distinta. Recientemente, he practicado Tai Chi con botas de senderismo, algo que, en teoría, no es lo más recomendable. Y, sin embargo, me ha resultado sorprendentemente cómodo.

Lejos de limitar mis movimientos, la base firme de las botas me ha dado una sensación de estabilidad y enraizamiento que pocas veces he sentido con zapatillas. Quizás no para una práctica purista, pero en mi caso, la seguridad y el contacto con el suelo se potenciaron en lugar de verse restringidos. Cada paso tenía un soporte sólido, cada desplazamiento fluía con la certeza de un equilibrio bien asentado.

Pero la experiencia no terminó ahí. En la misma sesión, me sumergí en una práctica de Zi Fa Gong, un ejercicio de liberación del movimiento donde el cuerpo se deja llevar sin restricciones, permitiendo que la energía interna se exprese sin control consciente. Fue una práctica intensa, de movimientos que surgían sin esfuerzo, como si mi cuerpo supiera exactamente qué hacer sin que mi mente interfiriera.

El resultado fue inesperado. Sin buscarlo, mi cuerpo terminó en una postura meditativa similar a la postura de la rana, con una profunda sensación de relajación y descanso. No sé si esta postura pertenece al Yoga, al Qi Gong o simplemente era lo que mi cuerpo necesitaba en ese momento. Lo único que sé es que fue tremendamente efectiva. Un cierre perfecto para la práctica, como si todo el movimiento anterior hubiera desembocado en ese instante de quietud.

Mientras permanecía en el suelo, sentí el frío bajo mi piel. No era incómodo, más bien era una confirmación de que estaba conectada con el entorno, con el suelo, con la energía que aun se movía dentro de mí.

Esta experiencia me llevó a cuestionar muchas de las «normas» establecidas en la práctica. ¿Realmente el calzado define la calidad del Tai Chi? ¿Es necesario seguir una estructura rígida en la práctica del Zi Fa Gong? Cada persona tiene su propio cuerpo, sus propias sensaciones y su propio camino dentro de estas disciplinas. A veces, lo que parece inadecuado resulta ser lo más adecuado para uno mismo.

Al final, lo importante es la escucha. El cuerpo tiene su propia sabiduría, solo necesita que lo dejemos moverse, sentir, conectar.

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