El ruido está en todas partes. En la calle, en la casa, en la cabeza. Un perro que ladra, una notificación en el móvil, el recuerdo de algo que no hice, el pensamiento de lo que tengo que hacer. Todo es movimiento, interrupción, desvío. Pero hay una idea que atraviesa los siglos y que, en días como hoy, cobra sentido: Yī xīn bù luàn, un corazón sin distracción.

Esta expresión china, que también se encuentra en el budismo japonés, habla de la capacidad de enfocar la mente en una sola cosa, sin dispersión, sin ruido interno. «Un solo corazón, sin caos.» En la práctica, es difícil. La mente está entrenada para saltar de una idea a otra como un mono enloquecido entre ramas. Pero hay momentos en los que, por alguna razón, logramos estar enteramente presentes.

📖 Cuando lees algo que te atrapa y el mundo se desdibuja a tu alrededor.
🎨 Cuando dibujas, escribes, creas, sin darte cuenta del tiempo.
🐕 Cuando paseas con los perros y, por un instante, simplemente caminas.
☕ Cuando bebes café y sientes el calor en las manos, el aroma, el primer sorbo.

No significa vivir sin pensar en nada, sino pensar con claridad, con intención, con dirección. Un solo corazón, sin caos.

Hoy, entre ruido, distracciones y la tentación de saltar de una tarea a otra sin terminar ninguna, me lo recuerdo: Yī xīn bù luàn. Un solo corazón, sin caos.