🌱 Bajar al suelo y tocar tierra: un pequeño gesto con un gran impacto

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Pasamos la vida sobre sillas, sofás, camas, alejados del suelo. Estamos acostumbrados a mirar el mundo desde arriba, pero pocas veces nos detenemos a pensar en lo que significa bajar, sentir el peso del cuerpo en la tierra, dejar que la gravedad nos sostenga sin resistencia.

Cuando éramos niños, estar en el suelo era lo más natural. Jugábamos, nos sentábamos en cualquier parte, rodábamos sin miedo. Pero con el tiempo, fuimos perdiendo esa conexión, no solo físicamente, sino también en nuestra manera de vivir: nos llenamos de preocupaciones, de pensamientos que nos elevan demasiado lejos, de expectativas que nos hacen sentir que siempre debemos estar en otro lugar, en otra meta, en otro momento.

La tarea de bajar al suelo es un recordatorio simple, pero poderoso. No es solo un ejercicio físico, es también una manera de volver a lo esencial, de soltar el peso innecesario y de recuperar la calma.

¿Por qué es importante bajar al suelo?

Movilidad y salud: Al sentarnos o tumbarnos en el suelo, activamos músculos y articulaciones que no usamos tanto cuando pasamos el día en sillas o sofás. Mejora la flexibilidad y la postura.

Presencia y calma: Estar en contacto con el suelo nos ayuda a sentirnos más enraizados, a salir de la cabeza y conectar con el cuerpo. Nos recuerda que no todo es pensar, planear o anticipar, a veces solo hay que estar.

Conexión con la tierra: Tocar la tierra, caminar descalzos, notar la textura del suelo bajo nuestros pies tiene un efecto real en nuestra energía. Nos ayuda a liberar tensiones, a equilibrar el sistema nervioso y a recargar vitalidad.

Cómo incorporarlo en el día a día

🌿 Siéntate en el suelo mientras lees, trabajas o simplemente descansas. Al principio puede parecer incómodo, pero con el tiempo el cuerpo se adapta y se fortalece.

🌿 Recuéstate en el suelo unos minutos al día. Cierra los ojos, siente el contacto de la espalda con la superficie, deja que la respiración se haga más profunda.

🌿 Camina descalzo sobre tierra, césped o arena. Notar las texturas bajo los pies, en lugar de llevar siempre zapatos, cambia la forma en que nos movemos y nos sentimos.

🌿 Cuando sientas que todo va demasiado rápido, para. Tocar tierra también es figurado: es recordar que no todo está bajo control, que la vida no siempre es correr hacia adelante. A veces, basta con detenerse, respirar y sentir el suelo bajo los pies.

El suelo siempre está ahí

Bajar al suelo es un gesto pequeño, pero con el poder de cambiar la manera en que habitamos el cuerpo y la vida. No hace falta más que unos minutos al día para notar la diferencia.

Hoy, pruébalo. Siéntate en el suelo. Respira. Toca la tierra. Y recuerda que estar presente no es un destino, sino un estado al que siempre podemos volver.

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